miércoles, 12 de mayo de 2010

Desconcierto

Ahora, me pides que te olvide,
sin razón alguna ni justificación precisa
y me dices que amarte fue un error,
de esos que no deben cometerse.
Mientras tanto, una brisa de alas frías
estremece los tuétanos del alma
y el eco de tus palabras
resuena en las cavernas del recuerdo.
y, me pregunto, qué culpa tiene el amor
de haberte conocido,
y qué culpa tengo yo
de amarte hasta el delirio.

Casualidad

Ayer, como siempre la vi pasar,
mis ojos se fueron
tras la sombra
de su sutil caminar.
Hoy, con ansias espero
a que regrese,
para decirle que el viento
que causó su suspiro,
anoche me hizo soñar.
Mañana, quizá mañana,
ya no podré ocultar
el amor que de mi corazón se escapa
y que en el suyo se quiere quedar.