miércoles, 23 de septiembre de 2009

Evocación

Esta noche, he caído en los laberintos

del recuerdo,

y no logro encontrar la salida.

Mientras tanto, el corazón se desliza

entre la añoranza y el deseo,

entre la pasión y el desenfreno.

Una vez más, el alma se fuga

de la mano del pasado,

hacia inmensas lejanías,

dejando en el silencio las huellas

de una ausencia inadvertida.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Sublimidad


Hoy retorno
al mismo lugar.
Allí…
Donde los árboles
dialogan su tristeza
con el viento!
Donde sublimes ilusiones
brotan, giran
y luego se fugan
por inmensas lejanías,
dejando la huella
del crepúsculo en el alma.
Donde mi sombra
cansada de vagar
se adormece en el rumor
de la hojarasca,
y los pájaros del silencio
temerosos se detienen
devorando mis penas.
Allí… se han quedado
grabados mis pensamientos,
bañados en suspiros
sobre las alas de los años.
Emerge un poema
con mil recuerdos
de añoranza.
-Triste melodía,
vestida de lamentos-
voces de un adiós
que se diluyen
en lo intangible del tiempo
y la distancia.

Angustia

Amada:
Quizás me recuerdes
quizás ya me olvidaste
o sencillamente me ignoras,
no lo sé!
Tan sólo se que esta noche
se desliza lentamente
sobre la faz de los recuerdos.
Vestida de añoranzas
mi alma te reclama
mi pensamiento arrulla tu recuerdo
y junto a las sombras
de la noche y del olvido,
junto a la ausencia de un beso
muerto de angustia
y de un ilusión perdida
en la distancia
allí: En el nido del silencio
junto a los pájaros de la esperanza,
la penumbra de unas lágrimas
el eco de tu adiós
y las estampas del ayer.
Amada mía: Allí esperaré por siempre
la luz de tu mirada.

Inexorablemente

Elegía en la muerte de mi abuela, Narcisa Ramírez.

Se han cerrado

los párpados

de tus ojos,

se extinguió

la luz que alumbrara

la oscuridad

de mi corazón.

Te arrebataron

los brazos

de la muerte,

y te oculta

el abrigo

del silencio.

Hoy en mi desolada

estancia

tan sólo te peinan

los recuerdos,

que caen como vigas

sobre la sombra

de mi vida.

¡Ay…, Abuela!

La vida es un minuto

que se diluye

en las manos del tiempo.

¡Pero qué importa

recordarlo;

si tú ya no estás

para escucharme,

si te has marchado

en las ondas etéreas

dejándome sepultado

de amargura!

Poemas Breves

Recuerdos

Vienen a mí encadenados

de la mano del silencio,

cargados de angustia

a morir en mi pensamiento.

Soledad

En la inmensidad de la noche

se aleja el alma

llorando, gritando

-¡Eterno dolor!-

Muerte

Como una fiel enamorada

acaricias mis pensamientos,

mientras yo sueño

entre las redes de tus sombras.

Olvido

Tras el velo del silencio

se halla mi corazón

polvoriento de tristeza.

Poesía

¿De qué entraña de mi vida

el látigo del sufrimiento

te ha despertado?

Ilusiones

Pájaros de ensueño

que se lleva el viento

dejando la niebla

de nostalgias.

Interrogantes en la Violencia

Voces se diluyen en las profundidades de la tierra,

bajo miles de metros de silencio

se unifican en el eco de una despedida

trémula e intempestiva.

Luego… emergen extrañamente vigorizantes

entre los retumbos de una conciencia aletargada,

clamando justicia a una sociedad inerte

cómplice de su muerte anticipada.

¿Cuántas voces más habrán de enmudecer,

en esta vorágine de sangre?

¿Cuántos sueños más habrán de romper

las garras ennegrecidas de la violencia?

¿Cuántos niños más serán herederos

de la orfandad y la indiferencia?

¿Cuántas mujeres más vestirán de negro a la ausencia

de un ser amado?

¿Cuánto tiempo más soportarás este desangramiento

Patria amada?

Entre susurros las voces se entregan a su letargo,

en la geografía de un sepulcro saturado de injusticias

y de preguntas sin respuestas.

El adiós de mi amada

Amada:

Desde que me abandonaste

dejándome clavado

tu recuerdo.

En mi estancia

ya no resplandece

la estrella del amor,

la arrebataste de las retinas

de una noche

-anudada de angustias-

¡Amor…!

Escucha cómo lloran

las sombras nocturnales

mi desventura,

como se retuercen

de frío y de nostalgia

mis sentimientos.

Si supieras cuánto me hiere

el látigo de tu ausencia,

pero… ¡Si tan sólo lo recordaras!

Es inútil seguir nombrándote

se ahogaron mis palabras

en la oquedad de este sufrimiento

y el eco de tu adiós

se diluye en los abismos

del silencio.

Ay; amada mía, dulce amor.

Tú sabes que el poeta

vive de pensamientos

que constantemente

cruzan la eternidad.

De recuerdos…

Que humedecen la soledad

de un día más, que muere

sin el encanto de tu sonrisa.

Imagen tomada de google

Insomnio

Duerme el silencio

y cae el poeta al abismo

de sombras,

con su luz de poesía.

¡Ay… poesía.

cómo me duelen

las perlas de tu nombre!

Se desgarra el corazón

se lamenta el hombre,

al grito de dolor

en cada lágrima

humedeciendo el alma

para que nazca el verso.