Voces se diluyen en las profundidades de la tierra,
bajo miles de metros de silencio
se unifican en el eco de una despedida
trémula e intempestiva.
Luego… emergen extrañamente vigorizantes
entre los retumbos de una conciencia aletargada,
clamando justicia a una sociedad inerte
cómplice de su muerte anticipada.
¿Cuántas voces más habrán de enmudecer,
en esta vorágine de sangre?
¿Cuántos sueños más habrán de romper
las garras ennegrecidas de la violencia?
¿Cuántos niños más serán herederos
de la orfandad y la indiferencia?
¿Cuántas mujeres más vestirán de negro a la ausencia
de un ser amado?
¿Cuánto tiempo más soportarás este desangramiento
Patria amada?
Entre susurros las voces se entregan a su letargo,
en la geografía de un sepulcro saturado de injusticias
y de preguntas sin respuestas.
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