Confusión
Dame unos
minutos para estar contigo,
sentir de
tus brazos la solidaridad precisa.
De tus ojos,
la complicidad de mis errores.
De tus
labios… el beso que los míos nunca sintieron.
Por favor, deja
que esta despedida sea lo más natural posible,
sin peleas,
sin reclamos, sin culpas, sin resentimientos.
Repíteme
como siempre, que soy yo el equivocado,
entonces,
entenderé el enredo de esta eterna confusión.