Hoy retorno al mismo lugar. Allí… Donde los árboles dialogan su tristeza con el viento! Donde sublimes ilusiones brotan, giran y luego se fugan por inmensas lejanías, dejando la huella del crepúsculo en el alma. Donde mi sombra cansada de vagar se adormece en el rumor de la hojarasca, y los pájaros del silencio temerosos se detienen devorando mis penas. Allí… se han quedado grabados mis pensamientos, bañados en suspiros sobre las alas de los años. Emerge un poema con mil recuerdos de añoranza. -Triste melodía, vestida de lamentos- voces de un adiós que se diluyen en lo intangible del tiempo y la distancia.
Amada: Quizás me recuerdes quizás ya me olvidaste o sencillamente me ignoras, no lo sé! Tan sólo se que esta noche se desliza lentamente sobre la faz de los recuerdos. Vestida de añoranzas mi alma te reclama mi pensamiento arrulla tu recuerdo y junto a las sombras de la noche y del olvido, junto a la ausencia de un beso muerto de angustia y de un ilusión perdida en la distancia allí: En el nido del silencio junto a los pájaros de la esperanza, la penumbra de unas lágrimas el eco de tu adiós y las estampas del ayer. Amada mía: Allí esperaré por siempre la luz de tu mirada.